Es posible que hayas recibido alguna multa por conducción negligente. Este tipo de conducta al volante es sancionable y susceptible de que recibamos una multa por ello. Si nos informamos con abogados de tráfico veremos que la conducción negligente es aquella conducta al volante que pueda suponer algún tipo de peligro en la carretera, tanto para nosotros como para el resto de personas que se encuentren en circulación o viandantes que se encuentren en la vía pública.
Para tratar de simplificar un poco en qué consisten este tipo de conductas, estamos hablando de llevar a cabo cosas, que todos hemos visto en algún momento dado, como por ejemplo hacer un caballito con una moto, derrapar con un coche y conductas similares, que como hemos mencionado anteriormente, todos hemos visto realizar en algún momento dado por parte de otros conductores.
Debemos tener en cuenta que no son conductas y acciones permitidas fuera de circuitos cerrados en los que se permita este tipo de prácticas. Debido a su peligrosidad, al entrañar riesgo para cualquiera de las personas en una vía pública, se pueden sancionar. Este tipo de sanciones comienzan con multas a partir de los 200 euros y normalmente no deberían conllevar que perdamos puntos en nuestro carné de conducir.
Conducción negligente, consecuencias legales
La Dirección General de Tráfico tiene bien claro que la conducción negligente es una problemática que quieren erradicar. Es por ello por lo que se establecen diferentes factores de gravedad para este tipo de cuestiones. Podríamos establecer que el primer nivel de gravedad, el menos grave, es el de la conducción negligente. Posteriormente y en un orden de gravedad superior está la conducción temeraria que tiene sanciones administrativas de una cuantía mayor, desde 500 euros y también conlleva la retirada de puntos en el carné, en el caso de la conducción temeraria son 6 puntos de carné si se ha podido poner en peligro la vida de otras personas
La conducción negligente es una falta grave, es decir, no es una falta muy grave. La conducción negligente es una figura que se establece para poder diferenciar niveles de gravedad. En este caso es el de menor gravedad y se emplea para aquellos conductores que circulan sin el cuidado y la atención que se debería poner a la acción de conducir.
Las consecuencias legales serían los 200 euros de multa que puede conllevar una conducción negligente, no perderemos puntos en nuestro carné de conducir y tampoco supondrá un delito contra la seguridad vial. Debemos tener siempre en cuenta que la conducción negligente implica no poner en riesgo, y no suponer un peligro para otros usuarios. En el momento en el que se puede poner de manifiesto que nuestra conducción puede suponer un riesgo para los demás, entonces estaríamos hablando de conducción temeraria.
No podemos argumentar que no se ha puesto en riesgo a nadie porque nadie ha sufrido ningún tipo de daño, el nivel de gravedad no se establece de esta forma. Solo la posibilidad de que se haya puesto en riesgo la vida o integridad de alguien supone que pasemos de conducción negligente a conducción temeraria y por lo tanto se incrementan los problemas a nivel legal para nosotros. La Ley de Tráfico establece normativa específica para poder determinar cuando se incrementan los niveles de peligrosidad y por lo tanto cuando se pasa de conducción negligente a conducción temeraria.
Dentro de la conducción temeraria sí que se establecen diferentes niveles de gravedad que en su grado máximo puede implicar penas de prisión para el afectado.
Conducción negligente, ¿qué hacer?
En caso de que hayamos cometido algún tipo de infracción que pueda implicar que un agente de la ley determine que estamos conduciendo de forma negligente, lo primero que debemos hacer es acatar las instrucciones del agente de la autoridad que nos esté indicando que este hecho se está produciendo. Debemos tener en cuenta que la valoración que está haciendo el agente de la autoridad está siendo realizado con el fin de tratar de determinar cuál es el hecho que estábamos realizando. Hay que respetar las decisiones y el criterio de los agentes de la autoridad.
Para poder determinar qué es lo que ha ocurrido los agentes de la autoridad tratarán de recabar la mayor cantidad de información posible, si hay documentación audiovisual o gráfica que respalden lo ocurrido van a tratar de recopilar toda esta información, y nosotros debemos hacer lo mismo. Hoy en día con los dispositivos móviles, es más que probable que alguien haya grabado lo ocurrido y por lo tanto debemos tratar de conseguir dicho material porque podría ir en nuestro favor en determinadas ocasiones.
Además, en caso de que haya testigos que hayan visto qué es lo que ha ocurrido, es conveniente que consigamos sus datos de contacto para que en caso de que haya que determinar y ratificar cómo se produjeron los hechos de los que nos acusan, los testigos puedan dar su versión de lo que ha ocurrido.
Es fundamental tratar de conseguir toda la información posible y además debemos en todo momento seguir las instrucciones de los agentes de la autoridad que estén dilucidando sobre el asunto. Mostrar oposición a cualquier indicación que nos pueda dar probablemente tendrá un resultado negativo para nosotros, por lo tanto es mejor tratar de favorecer el proceso que tratar de impedir de alguna forma que los agentes hagan su trabajo.
Recomendaciones generales en casos de conducción negligente
En caso de que hayamos cometido o se nos haya acusado de conducción negligente debemos, como comentamos anteriormente, seguir las indicaciones de los agentes de la autoridad. Esto es fundamental de cara a evitar cualquier tipo de agravante que podría suponer elevar un escalón de gravedad el asunto y pasar a que se nos acuse de conducción temeraria. Debemos saber que no solo es un problema en lo que a lo económico se refiere, sino que podría implicar la pérdida de puntos. Pero no solo eso, en casos más graves podría implicar penas de cárcel y eso es algo con lo que no debemos enfrentarnos.